En una época en los que los bancos no conceden apenas créditos, la demanda de créditos rápidos va en gran aumento en España.
Aunque supuestamente los bancos y la economía se ha reestabilizado, o eso es lo que dicen, los créditos convencionales no son moneda corriente.
Y desde el comienza de esta difícil etapa, han florecido las empresas y particulares ofreciendo créditos rápidos y varios tipos de préstamos de van desde los 50 a unos pocos miles de euros.
Las ventajas que ofrece son la simplificación de acreditaciones, avales y garantías, así como el tiempo extremadamente corto en los que se puede obtener un crédito rápido sin necesidad de justificaciones. Cada empresa o entidad que propone estos préstamos rápidos son más flexible que los créditos bancarios tradicionales, y en algunos casos permiten alargar la devolución con los plazos, sin embargo llevan unos riesgos de créditos rápidos extremadamente importantes de saber.
Esa velocidad en la concesión también hace que la devolución sea urgente y regular a cambio de aumentar drásticamente las tasas de devolución. La importancia de poder devolver ese dinero en el tiempo y fecha establecido es primordial pues la deuda iría incrementándose muchísimo más de lo que era en un principio antes de pedir el crédito rápido.
En el caso de lanzarse a este tipo de crédito, es importante ver qué tipo de crédito rápido necesitamos y si realmente nos conviene. En toda Europa existen decenas y decenas de prestamistas que ofrecen estos minicréditos. Es importante investigar cada uno de ellos en profundidad con el fin de obtener las mejores condiciones para esta arriesgada
Hay que tener en consideración algo muy importante ya antes de optar por un crédito rápido pues especialmente en los casos de hogares que no consiguen llegar a fin de meso aquellos a los que les ha surgido un imprevisto económico, puede suponer un mayor endeudamiento y problemas consecuentes- Son créditos a muy corto plazo y es primordial estar seguros de poder devolverlos en el pequeño plazo impuesto sino las deudas aumentan de forma exponencial.
El mejor de un crédito rápido es en los casos de falta de liquidez muy puntual, como por ejemplo un seguro, la vuelta al cole de los hijos, avería de algún electrodoméstico imprescindible, etc… y nunca como una fuente de financiación reiterada pues lo más seguro es acabar en situaciones de deudas peores que las que se han querido solventar.