En Internet hay multitud de empresas financieras que ofrecen créditos rápidos a diferentes tipos de clientes. Se trata de créditos a corto plazo y por pequeñas cantidades de dinero que se gestionan de manera automática sin prácticamente papeleos y , lo que es mucho más importante, sin avales.
Existen diferentes alternativas en función de la cantidad de dinero que se necesite , pero para cifras menos de mil euros el trámite de solicitud es muy breve, raramente supera los diez minutos de tiempo. El dinero es transferido de manera automática a la cuenta corriente indicada y la persona dispondrá de un plazo de tiempo para devolverlo.
Los intereses dependen de varios factores, como por ejemplo la cantidad solicitada y las condiciones del crédito. Por eso es bueno comparar las ofertas de las diferentes empresas que se dedican a dar este dinero.
Algunas empresas de microcréditos, para darse a conocer, permiten que el cliente pueda solicitar su primer microcrédito sin tener que pagar intereses. Son cantidades pequeñas que se devuelven en menos de un mes de plazo y que pueden ser una gran ayuda si surge un gasto inesperado antes de cobrar la nómina , por ejemplo.
Esta promoción ayuda por un lado a que la persona tenga más confianza en la financiera ya que puede ver cómo funciona sin que le suponga gastar ni un euro y por otro, una vez que ya se han introducido los datos, facilita que se pueda pedir dinero en el futuro de una manera todavía más rápida , con un solo clic.
Estas financieras permiten también solicitar préstamos por más importe, en cuyo caso los trámites son un poquito más largos, ya que se solicita más documentación. En cualquier caso es extremadamente sencillo , sobre todo comparado con un banco y además la respuesta se produce en plazos muy breves que no superan las cuarenta y ocho horas en la mayor parte de los casos.
Los créditos rápidos permiten salir de apuros sin tener que recurrir a amigos o familiares y sin dejar recibos sin pagar. Como además el dinero se devuelve en un plazo de tiempo muy corto los intereses no tienen por qué suponer un problema. De este modo se gestiona la economía de una manera mucho más personal , sin tener que contar a nadie problemas ni depender de terceras personas para realizar un gasto extra en un momento determinado que siempre llegan en el momento menos adecuados.